Revista de Ciencias Biológicas y de la Salud http://biotecnia.unison.mx

Universidad de Sonora

ISSN: 1665-1456

Artículo original

Rinitis alérgica y su relación con el índice inflamatorio de la dieta y el estado de nutrición en niños

en Hermosillo, Sonora: Estudio piloto

Aylinne Lucero-Sanchez1 Maricela Montalvo-Corral4

, Arath García-Reyes1

, Enrique Gil-González2

, Julián Esparza-Romero3

,

, Silvia Yolanda Moya-Camarena1* and Héctor Parra-Sánchez1*

1 Laboratorio de Nutrición Molecular. Coordinación de Nutrición. Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo, A.C. Carretera Gustavo Enrique Astiazarán Rosas, No. 46, Col. La Victoria, Hermosillo, Sonora, México 83304.

2 Unidad Académica Hermosillo. Universidad Estatal de Sonora. Ley Federal del Trabajo, s/n. Col. Apolo, Hermosillo, Sonora, México 83100.

3 Unidad de Investigación en Diabetes, Coordinación de Nutrición. Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo,

A.C. Carretera Gustavo Enrique Astiazarán Rosas, No. 46, Col. La Victoria, Hermosillo, Sonora, México 83304.

4 Unidad de Investigación en Una Salud, Coordinación de Nutrición. Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo,

A.C. Carretera Gustavo Enrique Astiazarán Rosas, No. 46, Col. La Victoria, Hermosillo, Sonora, México 83304.

Allergic rhinitis and its relationship with dietary inflammatory index and nutritional status in children in Hermosillo, Sonora: Pilot study



ABSTRACT

Allergic rhinitis (AR) is an atopic IgE-mediated disease associated with allergens such as pollen, dust mites, and molds, with symptoms including nasal congestion, sneezing, itching, and issues with sleep, attention, and hearing, par- ticularly affecting children. AR in genetically predisposed individuals is linked to environmental factors, such as dust and pollen; however, nutritional status and physical activity may also significantly influence its development. Diets high in fats and low in carbohydrates increase the AR risk, whereas a vegetable-rich diet may reduce it. The dietary inflammatory index (DII) assesses the inflammatory potential of foods, and previous studies suggest that pro-inflammatory diets increa- se the risk of AR. This pilot study, conducted in Hermosillo, Sonora, evaluated the nutritional status, physical activity, and diet of children aged 3 to 12 years with and without AR, using anthropometric measurements and 24-h dietary recalls. Children with AR showed higher prevalence of overweight, obesity, and abdominal obesity and were also more seden- tary. Both groups exceeded recommendations for saturated fat intake and consumption of animal-based foods, while their intake of legumes, fruits, and vegetables was low. This pro-inflammatory dietary profile could contribute to the risk and prevalence of AR.

Keywords: Air pollution; Allergens; Children; Diet; Inflam- mation; Pollen.


RESUMEN

La rinitis alérgica (RA) es una enfermedad atópica mediada por inmunoglobulina E (IgE) y asociada a alérgenos como polen, ácaros y hongos, cuyos síntomas incluyen congestión nasal, estornudos, picazón y problemas de sueño, atención y audición, afectando especialmente a los niños. En Hermo- sillo, Sonora, la RA está asociada con factores ambientales como el polvo y pólenes. Sin embargo, el estado nutricional

y la actividad física influyen significativamente en su efecto. Dietas ricas en grasas y bajas en carbohidratos incrementan el riesgo, mientras que una alimentación rica en vegetales puede reducirlo. El índice inflamatorio de la dieta (IID) evalúa el potencial inflamatorio de los alimentos y estudios previos sugieren que dietas proinflamatorias incrementan el riesgo de RA. Este estudio piloto realizado en Hermosillo, Sonora evaluó el estado nutricional, actividad física y dieta en niños de 3 a 12 años con y sin RA, utilizando mediciones antropométricas y recordatorios de 24 h. Los niños con RA presentaron mayores prevalencias de sobrepeso, obesidad y obesidad abdominal y una actividad física sedentaria. Ambos grupos excedieron las recomendaciones de grasas saturadas y alimentos de origen animal, con un bajo consumo de legu- minosas, frutas y verduras. Este perfil dietético proinflamato- rio podría contribuir al riesgo y a la prevalencia de RA. Palabras clave: Alérgenos; Contaminación del aire; Dieta; Inflamación; Niños; Polen.


INTRODUCCIÓN

La rinitis alérgica (RA) es una inflamación nasal hereditaria, mediada por una respuesta de hipersensibilidad de tipo I a los alérgenos como el polen, los ácaros, hongos, entre otros (Björkstén, 1994). La RA se caracteriza por congestión nasal, estornudos repetidos, picazón en la nariz, paladar y garganta (Mims, 2014), además de alteraciones en el sueño, falta de atención y concentración, problemas de audición, irritabi- lidad, ansiedad, depresión o dificultad para adaptarse a la sociedad (Jauregui et al., 2009).

En Hermosillo, Sonora, las condiciones climatológicas favorecen la liberación de polen y esporas de hongos en distintas estaciones del año, cuya interacción con el bromuro, cloro y antimonio, contenidos en el polvo, puede incremen- tar su potencial alergénico (Ortega-Rosas et al., 2021). En el estudio realizado con 18 niños de 3 a 6 años en esta ciudad,

*Autor para correspondencia: Héctor Parra-Sánchez, Silvia Yolanda Moya-Camarena Correo-e: hector.parra@ciad.mx; moyas@ciad.mx

Recibido: 17 de enero de 2025

Aceptado: 10 de septiembre de 2025

Publicado: 29 de octubre de 2025

Volumen XXVII


1

DOI: 10.18633/biotecnia.v27.2560

se encontró una asociación positiva entre los ácaros del pol- vo y la RA. Además, la mayoría de los niños fueron sensibles a los pólenes de: Artemisia vulgaris (artemisa), Fraxinus ame- ricana (fresno blanco americano) y Phleum pratense (zacate Timothy) (Corella et al., 2015). En relación con la prevalencia de rinitis alérgica en Hermosillo, un estudio realizado en po- blación atendida en el Hospital Infantil del Estado de Sonora informó que, de un total de 125 niños y adolescentes, el 76.2

% presentaba asma, el 18.6 % rinitis alérgica y mostraban sensibilidad a al menos un alérgeno proveniente de pasto, árboles o malezas (Romero et al., 2018).

Aunque los factores anteriormente descritos no depen- den del individuo, hay otros que sí pueden modificarse como la dieta, los hábitos de alimentación, y la actividad física. Por ejemplo, los factores de riesgo para presentar asma y RA en niños polacos fueron comer entre horas, comer poco antes de la hora de dormir y la escasa actividad física (Wasilewska et al., 2020). Además, la RA se ha asociado positivamente a las dietas con alto contenido de grasas y bajas en carbohidra- tos (Kim et al., 2016). Utilizando el índice inflamatorio de la dieta (IID, herramienta que permite determinar el potencial inflamatorio de la dieta) (Shivappa et al., 2014), se reportó que, en niños entre 7 y 12 años, el efecto de la exposición de partículas PM2.5 y PM10 sobre el asma es distinto en los niños con una dieta proinflamatoria que en los niños con una dieta antinflamatoria (de Castro Mendes et al., 2020). En otro estudio se encontró que, en niños con menor predispo- sición genética a enfermedades alérgicas, quienes tuvieron un patrón dietario alto en vegetales presentaron un 76 % menor riesgo de RA leve y persistente, comparado con el grupo de niños con el patrón dietario bajo en vegetales (OR

= 0.24, 0.10-0.56) (Oh et al., 2020). Por consiguiente, los niños con un IID proinflamatorio tuvieron 2.33 veces más riesgo de presentar RA leve y persistente comparados con los que presentaron un IID antiinflamatorio (OR=2.33, 1.06-5.10). Las frutas, verduras, cereales integrales y leguminosas aportan polifenoles y flavonoides con efectos inmunomoduladores, capaces de inhibir la activación de mastocitos y disminuir la liberación de histamina y citocinas proinflamatorias relacio- nadas con la respuesta Th2. Estos compuestos actúan sobre rutas de señalización como NF-κB y MAPK, reducen la síntesis de IgE y favorecen el equilibrio entre células T: Th1/Th2 y Th17/Treg (Dębińska y Sozańska, 2023; Ona, 2025).

Por lo anteriormente expuesto, se evidencia que es cru- cial evaluar la dieta, el estado de nutrición y la actividad física en niños con RA, con el fin de establecer cómo estos factores pudieran estar relacionados con el desarrollo y control de la RA en los niños de la ciudad de Hermosillo, Sonora. El pro- pósito de este estudio piloto fue evaluar el estado de nutri- ción, dieta y actividad física, como fundamento para futuras investigaciones que permitan determinar el papel de estos factores en la fisiopatología de la RA y promover su inclusión dentro de las estrategias terapéuticas para las enfermedades respiratorias alérgicas.

MATERIALES Y MÉTODOS

El protocolo de este proyecto fue evaluado y aprobado por el Comité de Ética en Investigación del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo, A.C. (registro CONBIOÉTICA- 26-CEI-001-20200122), que sigue el reglamento de la Ley General de Salud en Materia de Investigación para la Salud de México (folio de aprobación CEI/005/2024).

Criterios de inclusión y exclusión

Se incluyeron 11 niñas y 8 niños entre 3 y 12 años, con resi- dencia de al menos 2 años en Hermosillo, Sonora, quienes dieron su asentimiento y cuyos padres firmaron el consenti- miento informado. Se excluyeron los niños que presentaran alguna enfermedad diferente a la RA (por autorreferencia), presentaran algún cambio en su dieta habitual por recomen- dación de su médico o se sometieran a un plan nutricional por cualquier razón. Se incluyó solamente a un niño partici- pante por familia.


Mediciones antropométricas

Las mediciones de peso corporal se realizaron utilizando una balanza electrónica digital (A&D, Corea; FG-150JBM; 150 ± 0.01 kg). La talla se midió con un estadiómetro (Holtain Limi- ted, Dyfed. Britain; 210 ± 0.01 cm). La medición de la circun- ferencia de la cintura se realizó con una cinta métrica de fibra de vidrio (Gulick; 150 ± 0.5 cm), tomando como referencia última costilla y cresta ileaca. Para la evaluación del estado de nutrición por antropometría, se utilizaron los puntajes Z para el índice de masa corporal de acuerdo con la edad (Z-IMC/e). Para obtener los puntajes de cada uno de los participantes y el estado de nutrición, las mediciones fueron analizadas en los programas oficiales de la Organización Mundial de la Salud: Anthro (para niños de 3 a 5 años) y Anthroplus (> 5 años). Para predecir el riesgo de obesidad abdominal se utilizó el índice de cintura-estatura (ICE), utilizando el punto de corte óptimo reportado por Eslami et al. (2023), asociado a posible riesgo de enfermedades metabólicas a partir de ≥

0.5 (Valle-Leal et al., 2016). Todas las mediciones antropomé- tricas fueron tomadas por personal capacitado.

Diagnóstico de rinitis alérgica

El diagnóstico de RA se realizó utilizando el cuestionario validado para la población mexicana de Mancilla-Hernández et al. (2017) donde un puntaje mayor o igual a 0.75 indica la presencia de RA.


Composición de la dieta, índice inflamatorio de la dieta y actividad física

La composición de la dieta se obtuvo utilizando el método de recordatorio de 24 horas aplicado en tres ocasiones (dos en- tre semana y una en fin de semana). Se les pidió a los padres de los participantes que recordaran e indicaran los alimentos consumidos el día anterior a la aplicación del cuestionario, especificando el tamaño de la porción consumida y la marca para los productos industrializados. Se utilizaron réplicas de porciones de alimentos (Nutrikit ®, México) para ayudar a la

estimación de las porciones. El análisis de los componentes de la dieta se realizó con el programa ESHA Food Processor 2010, el cual incluye las tablas de composición de alimentos regionales.

El IID se calculó a partir de la composición nutrimental de la dieta para cada participante, según la metodología pro- puesta y validada por Shivappa, et al. (2014). Debido a la falta de algunos de los datos de composición de los alimentos lo- cales, solo se utilizaron 31 de los 45 parámetros alimentarios propuestos en la metodología de Shivappa. Los parámetros alimentarios incluidos fueron energía, proteínas, carbohidra- tos, fibra, grasa total, grasa saturada, MUFAS, PUFAS, coleste- rol, vitamina E, vitamina A, β-caroteno, tiamina, riboflavina, niacina, piridoxina, ácido fólico, cobalamina, ácido ascórbico, vitamina D, magnesio, zinc, hierro, selenio, alcohol, cafeína, PUFAS n-3, PUFAS n-6, grasas trans, ajo y cebolla. Las IID se consideraron dietas proinflamatorias (IID ≥ 0) o antiinflama- torias (IID < 0) según otros estudios (Camargo-Ramos et al., 2017).

Para evaluar los niveles de actividad física en los infantes, se aplicó el cuestionario previamente utilizado en escolares yaquis de Sonora (Dórame-López et al., 2024), que permite clasificar los niveles de actividad física de los participantes en categorías como sedentario, moderadamente activo y activo.

Análisis estadístico

Se realizó la prueba de Shapiro-Wilk para determinar la normalidad de las variables cuantitativas. Estas se expresa- ron como medias ± desviación estándar y las variables sin distribución normal se expresaron como mediana y el rango intercuartílico [Q2 (Q1 - Q3)]. Para la comparación de las

variables ICE e IID entre grupos (RA vs. SIN-RA) se utilizó la prueba t de Student para muestras independientes, conside- rando diferencias significativas a un valor de p ≤ 0.05. Dado que se trata de un estudio piloto, los análisis inferenciales se interpretaron con carácter exploratorio, priorizando la des- cripción de la población de estudio.


RESULTADOS Y DISCUSIÓN

En la Figura 1 se muestra el diagrama detallado de la selección de los participantes. Los padres de los 19 niños participantes firmaron el consentimiento informado y los niños dieron su asentimiento. En la Tabla 1, se muestran las características generales y antropométricas de los participantes.

Evaluación del estado nutricional y actividad física

El estado nutricional y la actividad física pueden jugar un papel fundamental en padecimientos como el asma y la RA. En México, la prevalencia de sobrepeso y obesidad es del

36.5 y 40.4 % en escolares y adolescentes, respectivamente (Shamah-Levy et al., 2024). En nuestro estudio (Figura 2), en el grupo de niños con RA, siete (58.33%) presentaron sobre- peso y obesidad y cuatro (33.3 %) obesidad abdominal; mien- tras que los niños del grupo SIN-RA, uno (14.3 %) presentó sobrepeso y obesidad y ninguno con obesidad abdominal (Figura 2a y 2b). En el metaanálisis realizado por Zhou et al. (2020), encontraron que existe asociación entre el sobrepeso y la obesidad y el riesgo de padecer RA en niños. Se observó que el sobrepeso incrementa el riesgo de presentar RA en un 15 % y la obesidad en un 9 %, en comparación con niños con IMC normal. La media del ICE en el grupo de RA fue mayor (0.4835 ± 0.045 vs 0.4353 ± 0.4785) comparada con la media



Figura 1. Diagrama de flujo para la selección de participantes. RA: Participantes con rinitis alérgica, SIN-RA: Participantes sin RA.

Figure 1. Flowchart for participant selection. RA: Participants with allergic rhinitis, SIN-RA: Participants without allergic rhinitis.

Tabla 1. Características generales y antropométricas de los participantes.

Table 1. General and anthropometric characteristics of participants.


RA n=12

SIN-RA

n=7

Masculino

4 (33%)

4 (57%)

Femenino

8 (67%)

3 (43%)

Edad (años)

9 (4.25, 10.75)

9 (8, 10)

Peso (kg)

33.69 (18.57, 49.99)

30.05 (27.30, 34.03)

Talla (cm)

132 ± 20.89

132.6 ± 11.64

Circunferencia de la



cintura (cm)

64.23 (51.10, 73.98)

57 (53.70, 62.05)

RA, rinitis alérgica; SIN-RA, sin rinitis alérgica. La normalidad de los datos fue analizada con la prueba para muestras pequeñas, Shapiro Wilk Test. Los datos normales se representan con número entero, porcentajes y media ± la desviación estándar. Para los no paramétricos se utilizó la mediana y el rango intercuartílico.

RA, allergic rhinitis; SIN-RA, without allergic rhinitis. The normality of the data was analyzed using the Shapiro-Wilk Test for small samples. Normal data are represented as whole numbers, percentages, and mean ± standard deviation. For non-parametric data, the median and interquartile range were used.


Normal Sobrepeso Obesidad


Normal Sobrepeso Obesidad


0 1 2 3 4 5 6

Participantes

(A)


(B)

del grupo SIN-RA (p = 0.0423), lo que refuerza la relevancia de esta asociación; sin embargo, será necesario confirmarla en investigaciones futuras utilizando métodos estadísticos más adecuados que permitan estimar con mayor precisión su impacto.

La obesidad ha ganado relevancia en padecimientos como la RA y se menciona que la principal terapia para sobrellevar la RA es mediante un cambio en la dieta y un aumento en la actividad física, esto para promover la reduc- ción del peso corporal que a su vez disminuir la producción de sustancias proinflamatorias por el tejido adiposo (Morąg et al., 2023). Aunque la obesidad abdominal parece estar relacionada tanto con la RA como con la rinitis no alérgica, en el estudio reportado por Akyuz et al. (2023), se encontró que las personas que padecían RA y presentaban obesidad abdominal tuvieron mayor persistencia y severidad de los síntomas, comparadas con las personas que padecían la for- ma no alérgica de la rinitis. En nuestra investigación, el 33.3 % con RA presentaron obesidad abdominal. Debe considerarse el potencial de desarrollar obesidad en el futuro de los que no la presentaron si se continúa con la escasa actividad física y la alimentación inadecuada.

Los resultados de sobrepeso y obesidad son congruen- tes con el nivel de actividad física que presentan, pero tam- bién se observa que en el grupo con RA ocho (66.6 %) fueron sedentarios, mientras que en el grupo SIN-RA solamente dos (28.5 %) lo fueron (Figura 2 c). Este hallazgo es especialmente relevante ya que se ha reportado que la RA pudiera promover el estilo de vida sedentario al afectar el sueño y el rendimien- to escolar (Camelo-Nunes y Solé, 2010), e incluso provocar depresión (Mou et al., 2022), aunado a que se restringen las actividades al aire libre, porque se asocian a la presencia de los síntomas de la RA. No obstante, es importante encontrar estrategias para disminuir las barreras que dificultan adoptar un estilo de vida activo, ya que la actividad física mejora la función inmunológica, reduce la susceptibilidad a infeccio-

Sin Rinitis Alérgica


p=0.0423

Rinitis Alérgica

0.35 0.40 0.45 0.50 0.55 0.60


(C)

Sedentario Moderadamente Activo

Activo


Sedentario Moderadamente Activo

Activo


0 2 4 6 8 10

Participantes


Figura 2. Estado de nutrición y actividad física. (a) Estado de nutrición de acuerdo con la clasificación de la OMS del puntaje z para el índice de masa corporal para la edad (Z-IMC/e); (b) Evaluación de la obesidad abdominal (ICE > 0.5) y (c) nivel de actividad física. Con rinitis alérgica (rojo, n = 12) y sin rinitis alérgica (azul, n = 7). Las comparaciones entre grupos se realizaron con la prueba t de Student para muestras independientes. Se consideró un valor de p < 0.05 como criterio de significancia.

Figure 2. Nutritional status and physical activity. (a) Nutritional status based on WHO Z-score classification for body mass index-for-age; (b) Waist-to- height ratio evaluation (ICE > 0.5); and (c) Physical activity level. Participants with allergic rhinitis (red, n = 12). Participants without allergic rhinitis. (blue, n = 7). Comparisons between groups were performed with Student’s t test for independent samples. The value of p < 0.05 was considered a significant criterion.

nes y mejora la salud en general (Ostrzyżek-Przeździecka et al., 2023). En Hermosillo, Sonora, Ortega-Rosas et al. (2023) reportaron el calendario que incluye la concentración de polen en el aire durante el año. Este calendario podría ser una herramienta de mucha utilidad para que los profesio- nales de la salud diseñen estrategias dirigidas a disminuir la frecuencia y la gravedad de las reacciones alérgicas, al evitar la exposición a los alérgenos en el aire en los periodos de mayor concentración (Ortega-Rosas et al., 2023).

Acorde con el calendario de la concentración de polen en el aire en Hermosillo, Sonora (Ortega-Rosas et al., 2023) los participantes reportaron presentar los síntomas de la RA durante la primavera e invierno, lo que coincide con el periodo de mayor concentración de polen en el aire (meses de marzo a abril). Tomando en cuenta la temporalidad de la presencia de síntomas, quienes padecen RA podrán planear cuándo realizar actividades al aire libre, en espacios cerrados o utilizar protección como el cubrebocas cuando la carga de polen se considere alta.


Evaluación de la dieta

Se evaluó la dieta de los participantes para determinar si cumplen con las recomendaciones de las Guías alimentarias saludables y sostenibles para la población mexicana 2023 (SSA, INSP, UNICEF, 2023) y la declaración conjunta de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura y la Organización Mundial de la Salud (FAO/OMS, 2024). En cuanto a la ingesta de energía diaria, se obtuvo un promedio de 1669 ± 391 kcal/d para el grupo con RA y 2099 ± 426 kcal/d para el grupo SIN-RA. Se calculó el requerimiento de energía (EER) para cada escolar considerando su edad, sexo, peso, talla, actividad física y el costo energético por crecimiento (NASEM, 2023). Tres de los 12 niños cumplieron con la recomendación de energía en el grupo con RA, 5 niños tuvieron consumos hasta +500 kcal/día en exceso y 4 con un déficit de hasta -923 kcal/d. En el grupo SIN-RA, 5 niños consumieron hasta +1093 kcal/d por encima de su requeri- miento y dos niños con déficit de energía hasta -254 kcal/d.

El porcentaje de energía diaria proveniente de grasas, la FAO/OMS (2024) recomienda entre el 15 y el 35 % para niños y adolescentes entre 2 y 19 años (Tabla 2). En promedio el grupo SIN-RA cumplió con esta recomendación (33.8 % ± 4.5

%), pero el grupo con RA lo sobrepasó (35.5 % ± 5.2 %). Sin embargo, ambos grupos sobrepasaron la recomendación del 10% o menos de energía proveniente de grasas saturadas (SIN-RA, 13.4 % ± 2.1 %; RA, 13.4 % ± 1.8 %) y la de menos del

1 % de grasas insaturadas trans (SIN-RA, 2.4 % ± 0.8 %; RA, 3.2

% ± 1.4 %).

En cuanto a carbohidratos, ambos grupos se encontra- ron dentro del rango recomendado de 45–75 % de la energía total (SIN-RA, 51.9 % ± 4.7 %; RA, 47.8 % ± 4.5 %). Por el con-

trario, en proteínas sobrepasaron el rango de 10–15 %, con valores de 16.0 % ± 2.0 % en el grupo SIN-RA y 17.7 % ± 2.0 % en el grupo con RA.

Respecto al consumo de frutas, vegetales y fibra, las recomendaciones varían según la edad (Tabla 2). En este sen-

Tabla 2. Ingesta diaria de energía de macronutrientes en participantes con rinitis alérgica (RA) y sin rinitis alérgica (SIN-RA).

Table 2. Daily energy intake from macronutrients in participants with (RA) and without (SIN-RA) allergic rhinitis.

Nutriente

Recomendación (% Energía)

SIN-RA

(% Energía)

RA

(% Energía)

Grasas

15-35

33.8 ± 4.9

35.5 ± 5.2

Saturadas

≤ 10

13.4 ± 1.9

13.4 ± 1.8

Trans

≤ 1

2.9 ± 1.3

3.2 ± 1.4

Carbohidratos

45-75

49.3 ± 4.9

47.8 ± 4.5

Azúcares libres

≤10

4.9 ± 0.9

4.8 ± 0.8

Proteínas

10-15

17.1 ± 2.1

17.7 ± 2.0

Los valores recomendados para cada nutriente están basados en las recomendaciones de la OMS. Los datos se presentan como media ± desviación estándar para los participantes con rinitis alérgica (RA) y sin rinitis alérgica (SIN-RA).

The recommended values for each nutrient are based on the WHO guidelines. Data are presented as mean ± standard deviation for participants with (RA) and without (SIN-RA) allergic rhinitis.

tido, 3 de 7 niños del grupo SIN-RA (42 %) y 4 de 12 del grupo con RA (33 %) cumplieron con lo establecido. Cabe destacar que, independientemente del diagnóstico de RA, solo los participantes de 2 a 5 años alcanzaron la recomendación mínima de frutas y vegetales (≥ 250 g/d). En el grupo de 6 a 9 años únicamente un niño cumplió con la recomendación (≥ 350 g/d), mientras que ninguno de los mayores de 10 años alcanzó los ≥ 400 g/d sugeridos. De forma similar, el consu- mo promedio de fibra no cumplió con lo recomendado en ninguno de los grupos de edad: 14.59 ± 2.66 g/d en niños de 2–5 años; 18.24 ± 6.73 g/d en niños de 6–9 años; y 13.02 ±

4.49 g/d en mayores de 10 años.

El bajo consumo resulta particularmente relevante por- que las frutas, verduras y leguminosas aportan compuestos bioactivos con efectos inmunomoduladores. En este estudio se observó un bajo consumo de frutas, verduras y legumi- nosas, alimentos que aportan compuestos bioactivos como flavonoides y fibra, los cuales tienen efectos que favorecen la regulación inmune y podrían proteger contra la RA. En particular, la quercetina, un flavonoide presente en frutas y verduras, ha demostrado reducir citocinas relacionadas con IgE y Th2, disminuir la infiltración de eosinófilos, neutrófilos y mastocitos, y suprimir mediadores epiteliales como IL-25, IL-33 y TSLP (Ebihara et al., 2018). Por su parte, la fibra fer- mentable favorece la producción de ácidos grasos de cadena corta, como el butirato, los cuales inhiben la producción de células ILC2 (Thio et al., 2018) y fortalecen la función de barrera en piel y pulmón, contribuyendo a la regulación de la inflamación alérgica (Trompette et al., 2022).

En una investigación en niños suecos de 8 años, Ro- selund et al. (2011) encontraron una asociación protectora entre el consumo de frutas y la RA, a diferencia del consumo de verduras que no presentó una asociación con este pade- cimiento. De igual manera, es importante tomar en cuenta que nuestro enfoque fue conocer el consumo del grupo de alimentos de frutas y verduras juntas, en donde el consumo específico de los alimentos podría tener efectos diferentes sobre la presencia de RA, por lo que sería conveniente buscar una asociación sobre los grupos separados o estudiar los alimentos individualmente.

Finalmente, además de enfatizar el incremento en el consumo de frutas y vegetales, las Guías Alimentarias Saludables y Sostenibles para la población mexicana (2023) recomiendan disminuir el consumo de alimentos de origen animal, aumentar la ingesta de leguminosas como fuente de proteína de buena calidad (≥23 % de la energía debe provenir de leguminosas, soya y nueces), así como eliminar bebidas y alimentos industrializados con sellos de advertencia, entre otras recomendaciones.

En el grupo con RA se encontró un porcentaje de ener- gía proveniente de leguminosas del 3.58 ± 2.48 % y de 2.04 ±

1.93 % para el grupo SIN-RA, en ambos casos muy por debajo de la recomendación. En cuanto al consumo de alimentos de origen animal (AOA) se superó considerablemente su recomendación de 5.72 % de la energía total/d. En el grupo con RA el consumo de AOA fue de 24.24 ± 9.68 % de energía total/d y el SIN RA 14.92 ± 8.34 % de energía total/d. En cuanto al consumo de comida chatarra (bebidas azucaradas indus- trializadas, caramelos, botanas saladas, embutidos, cereales industrializados para desayunar, pasteles y galletas dulces) de los cuales se recomienda su eliminación de la dieta, en am- bos grupos se encontraron rangos similares de consumo. Del total de los participantes, el rango de consumo de bebidas azucaradas industrializadas fue de 0 a 542 mL/d; caramelos de 0 a 126 g/d, botanas saladas de 0 a 77 g/d; embutidos de 0 a 82 g/d, cereales industrializados para desayunar de 0 a 70 g/d y bollería (pasteles, pan y galletas dulces) de 0 a 115 g/d. Las bebidas azucaradas industrializadas fueron el producto de comida chatarra más consumido, ya que solo dos niños reportaron no ingerirlas. Sin embargo, ningún participante (SIN-RA o con RA) consumió azúcares libres (añadidos a los alimentos, más los naturalmente presentes) por arriba del límite recomendado del 10 % de la energía total.

En la revisión sistemática realizada por Zhang (2023) se encontró que dietas hipercalóricas y el consumo elevado de alimentos de origen animal están asociados con el aumento de células B, mayor producción de IgE, mayor diferenciación hacia Th2, respuestas relacionadas con alergias tipo I como la RA. En nuestra investigación, los participantes con RA tuvieron un consumo de AOA mayor a lo recomendado. De igual manera, Özdemir y Elmas (2016) reportaron que el alto consumo de carnes rojas y aves estaba asociado a la RA, re- forzando el impacto de los AOA con esta enfermedad.

En cuanto al consumo de alimentos rápidos/chatarra, Jeong et al. (2024) reportaron que niños coreanos de 7-12 años mostraban una propensión a padecer RA en quienes consumían estos alimentos con una frecuencia de 1-4 días a la semana. De igual forma, Wang et al. (2016) en niños de 1-8 años de Shanghái encontraron que existe menor prevalencia de RA en los niños que consumían comida rápida con una frecuencia mayor a 2 días por semana. Sin embargo, en nues- tro estudio, el grupo que tuvo mayor consumo de alimentos rápidos/chatarra fue SIN-RA. Es importante mencionar que el grupo de alimentos rápidos/chatarra puede variar según

cada estudio incluyendo y excluyendo alimentos según el criterio de cada investigador, lo cual podría influir en el resul- tado de la asociación con la RA y que, para tener un resultado certero, se tendría que llevar a cabo un análisis de asociación con la RA y ajustado por variables confusoras.


Índice inflamatorio de la dieta

Para determinar si la dieta consumida por los participantes era potencialmente proinflamatoria, se calculó el IID (Figu- ra 3). Con una media de 0.38 ± 0.41 para RA y 0.48 ± 0.41 para SIN-RA, la dieta de ambos grupos se clasificó como proinflamatoria (valores > 0), sin encontrarse diferencias estadísticamente significativas entre ellos (p=0.6461). Los estudios señalan que personas ≥ 20 años con sobrepeso y con una dieta proinflamatoria presentan mayor riesgo de incrementar los niveles de IgE total en sangre, lo que pudiera incrementar la susceptibilidad a enfermedades alérgicas (Su et al., 2024). En efecto, estudios sugieren que dietas ricas en nutrientes con propiedades antiinflamatorias, como los ácidos grasos omega-3 y los antioxidantes, podrían reducir la inflamación y mejorar los síntomas de la RA (Saadeh et al., 2013). De igual forma, se encontró que en niños de 6-7 años residentes en Mexicali, México, el consumo de la dieta mediterránea (antiinflamatoria) se asoció con menos pade- cimientos como el asma, sibilancias, RA, estornudos, ojos llorosos y picazón (De Batlle et al., 2008). El conocimiento y aplicación de las recomendaciones de las Guías Alimentarias Saludables y Sostenibles para la población mexicana 2023


p= 0.6461

Índice Inflamatorio de la Dieta (IID)

Proinflamatorio

RA

SIN-RA


1


Antiinflamatorio

0


-1

Figura 3. Índice inflamatorio de la dieta de los participantes de 3 a 12 años con rinitis alérgica (RA) y sin rinitis alérgica (SIN-RA). Puntaje > 0, dieta proinflamatoria; puntaje ≤ 0 dieta antiinflamatoria. Las comparaciones entre grupos se realizaron con la prueba t de Student para muestras independientes. Se consideró un valor de p < 0.05 como criterio de significancia.

Figure 3. Dietary Inflammatory Index of participants aged 3 to 12 years with (RA) and without (SIN-RA) allergic rhinitis. Scores > 0 indicate a pro- inflammatory diet, while scores ≤ 0 indicate an anti-inflammatory diet. Comparisons between groups were performed with Student’s t-test for independent samples. The value of p < 0.05 was considered significant.

ayudarán a la población a reducir el potencial inflamatorio de la dieta ya que los alimentos recomendados son verdu- ras, frutas, especias, frutos secos, frijoles y granos o cereales enteros, pescados, lácteos, aves y huevos, que contribuyen a una mejor salud y bienestar general, de ahí la importancia de contribuir con la difusión de estas guías entre la población (SSA, INSP, UNICEF, 2023).

Consideramos las limitaciones de este estudio piloto, tales como el tamaño de muestra que no permitió usar herra- mientas de análisis más detallado como la regresión logística múltiple para determinar si existe o no asociación entre los factores evaluados. Sin embargo, en este estudio presenta- mos los resultados de los primeros estudios llevados a cabo en Hermosillo, Sonora, México que analizan la dieta y su potencial inflamatorio, actividad física y estado de nutrición de preescolares y escolares con relación a la presencia de RA.


CONCLUSIÓN

La mayoría de los participantes con RA presentan sobrepeso, sedentarismo y obesidad abdominal, además de una dieta proinflamatoria que pudiera exacerbar los síntomas de la RA en Hermosillo, Sonora, México, una ciudad que presenta un alto nivel de alérgenos en su ambiente. Este estudio resalta la importancia de considerar los factores de alimentación, actividad física y estado de nutrición en la RA en niños, es- tableciendo así los fundamentos para desarrollar estrategias y recomendaciones más integrales para el tratamiento y prevención de los síntomas.


AGRADECIMIENTOS

Se agradece a las autoridades y maestros de la escuela Ra- món Real Carrasco. A los niños y a sus padres de familia por su entusiasta participación. Se agradece a Rosa A. Nieblas y José

A. Ponce por el entrenamiento en análisis dietario y antropo- métrico. A Luis A. Tapia por su participación en el trabajo de campo y a la pediatra Soledad Chávez por la orientación brin- dada. Estudio financiado parcialmente por el CIAD, A. C. A.L.S. (2058807) y A.G.R. (1151677) son becarios de la Secretaría de Ciencia, Tecnología, Humanidades e Innovación.


CONFLICTOS DE INTERÉS

Los autores declaran que no hay ningún conflicto de interés.


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